Cómo lidiar con tus hijos y el aburrimiento





Lidiar con el aburrimiento también es positivo para los niños


Con esta cuarentena quizá te veas en apuros en más de una ocasión para entretener a tus niños; pero, aunque no lo creas, muchos expertos aseguran que esta característica de aburrimiento en casa es un aprendizaje positivo para los más pequeños, ¿la razón? Aburrirse es una experiencia formativa de impacto positivo.


Enfrentarse a la soledad obliga a buscar herramientas y recursos internos que mejoren su estadía en esa situación con la cual no se divierten; pues el simple hecho de aburrirse es sinónimo de una buena salud mental.


Laura Terradas Campanario, psicóloga y terapeuta miembro de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria en entrevista con La Vanguardia, aseguró que el aburrimiento es un trampolín a la creatividad; para ellos expone un ejemplo tan sencillo como la situación que se presenta cuando un niño quiere salir afuera a jugar:


“El niño quiere salir a jugar fuera (y aquí podemos sentirnos libres de cambiar la palabra lluvia por la palabra virus). La primera opción sería salir a jugar y mojarse. En la segunda, imaginemos que valoramos que al llover tanto (o al haber un virus ahí fuera que por ahora impide la libre circulación) es necesario esperar a que escampe un poco.


Si en esta situación yo me quedo fijado en la lluvia (o el virus) como culpable de que no pueda hacer lo que deseo, me aburriré. Pero al cabo de un rato, y siempre que nadie me distraiga…seguro que se me ocurrirá un plan B: mirar a qué puedo jugar adentro, como segunda opción.” Para Terradas, esta ventaja del aburrimiento es el propósito que genera el conseguir alternativas y “conectar con uno mismo” al crear realidades nuevas que enfrenten la que no podemos cambiar.



Aburrirse es parte del crecimiento personal


Al aburrirte encuentras un puente que conecta contigo mismo; para Terradas, es en este punto cuando florece la imaginación y creatividad del individuo. “Después les vamos a preguntar a estos mismos niños qué quieren ser de mayores, cuando no habrán tenido ni tan siquiera el tiempo de sentir qué quieren hacer ahora mismo, y quizá en el futuro nos encontraremos frente a adultos autómatas que estudian carreras por cumplir el expediente y trabajan de algo que no tuvieron la oportunidad de sentir si tenía que ver con una llamada de su corazón”.


El problema que ocurre como padres es que solemos buscar una respuesta inmediata a esa pregunta constante “Mamá, papá, me aburro” porque vivimos en una sociedad que demanda exigencias cuando en muchas oportunidades no se pueden cumplir.


Para la especialista, estos tiempos actuales, denominados tiempos de Hiperexigencia han hecho que incluso en el diccionario infantil no exista espacio para la palabra “aburrimiento” cuando es lo más sano que puede tener un niño y una experiencia que lo ayuda a mejorar su desarrollo intrapersonal.


Para muchos padres, especialmente durante este confinamiento, la mejor manera de ocupar el tiempo con sus hijos es llenándolo de actividades, entre las clases online, y los distintos dispositivos de entretenimiento, llegamos a un punto donde nuestros hijos no tienen ese pequeño espacio de tiempo para que puedan encontrarse con ellos mismos.


Ahora, es importante prestar atención al aburrimiento de nuestros niños, pues no siempre veremos los resultados esperados y el pequeño puede terminar estancado al no conseguir una realidad alternativa para enfocarse, si esto sucede, es una señal clara de que la dinámica del aburrimiento no está logrando su propósito. Para ello Terradas propone las siguientes recomendaciones para atender a tu hijo sin necesidad de sobreprotegerlo:


1. No sentirse responsable


No tienes por qué creer que cuando interfieres en el aburrimiento de tu hijo, lo estás salvando; ofrecer propuestas continuamente puede traer daños colaterales como:


  • * Dependencia: les estás arrebatando la posibilidad de entretenerse por su cuenta y generarán dependencia a las opciones que tú le puedes ofrecer.
  • * Tiranía: el niño crecerá creyendo que el mundo siempre le va a satisfacer sus necesidades.
  • * Crea su zona de confort: no desarrollará sus habilidades para poder hacer frente a una simple dificultad como lo es el aburrimiento a esa altura de su temprana vida, por lo que no tendrá la capacidad para poder buscar lo que quiere.
  • * Le niegas la autoindagación: interfieres en el verdadero proceso de la creatividad.



2. Obsérvate


¿Qué ocurre cuando mi hijo me dice que se aburre? ¿Qué hago? Es común alarmarse cuando vemos que nuestro hijo se cuestiona qué hacer; para Terradas, este acción está estrechamente relacionada al ritmo de vida actual que llevamos, donde estamos acostumbrados a hacer algo “para sentirnos útil” o valiosos.


“¡Ah, qué miedo a que se pare la máquina! ¡Que mi hija será una vaga y no encontrará un trabajo! Nos asustamos y proyectamos castillos en el aire para dentro de veinticinco años”, afirma la especialista.



3. Deja que se aburra


Dentro del aburrimiento está la solución, la va a conseguir; “la semilla para la transformación está dentro del mismo fruto que se está pudriendo, no hay que desestimarlo ni ofrecer otro” para ello hay que entender que nuestro hijo puede con ello y encontrará una solución; para eso estamos, ayudarles a conseguir el camino.



4. Ayúdalo a encontrar la solución


Proponte a hacer una lista con tu hijo con las cosas que quiere hacer para no aburrirse y otra con las cosas que hay, para Laura, también se puede jugar con la fantasía y la ilusión “Si pudiera hacer lo que me da la gana…”


“Con ello estamos dejando salir la parte del deseo frustrado, que al ser identificada, nombrada y absorbida por la aceptación de quien escucha, deja de apretar tanto adentro, porque se le ha dado un lugar”.



5. Déjalo expresar su frustración, acógela


Es necesario abrir un espacio emocional para que el niño pueda frustrarse ante la imposibilidad de tener lo que quiere, debes permitir la expresión libre de esa frustración; la frustración es el puente que nos permite cruzar de lo que queremos a lo que es. ¿Eres capaz de sostener la expresión de frustración de tu hija? Eso va a depender de cómo te manejes en tu propia frustración.



6. Ábranse al presente


Una vez manifestado ese dolor, estarán más dispuestos a ver lo que tienen delante de ustedes, pueden incluso resaltar esas cosas y agradecer que las tienen, agradecer, aunque no lo parezca, protege el sistema inmunológico, y nos centramos en lo que tenemos en nuestros pies en vez de lo que tenemos en nuestra mente.



7. Obligar no es la solución


En estos tiempos de cuarentena suelen nacer muchas frustraciones producto de las responsabilidades que deben cumplir, tanto los niños con su escuela como de los padres con sus trabajos, ambos desde casa.


Sin embargo, es importante destacar que si el niño no quiere hacer la tarea, no podemos obligarlo, si tu hijo no está motivado a hacer la tarea, debes atender esa pequeña demanda de atención, que es realmente el resultado de una desmotivación que siente hacia sus deberes; de obligarle, estarías convirtiendo esta desmotivación en aburrimiento y lo que necesitamos es que al pequeño le nazca de adentro las ganas de hacer las cosas.


La solución: enseñarles lo importante de sus deberes y responsabilidades y lo apremiante que es hacerlo como lo es el tiempo libre que les queda para poder hacer otro tipo de actividades, ya sea juntos o en compañía, porque, aunque los padres no tengan suficiente tiempo con el montón de quehaceres en casa, pueden administrarlo de manera que los niños puedan participar.



8. El tiempo para jugar siempre se puede conseguir


Entre el montón de responsabilidades como padres, es necesario centrar en el aquí y en el ahora, para ello, debemos jugar. Si podemos conseguir algún juego en lo que hacemos podremos luego incorporar a nuestros hijos, y ello lo podemos encontrar en tareas simples del hogar como lavar los platos, ordenar la casa, cualquier cosa mínima cobrará un sentido didáctico cuando cultivas toda la atención, por lo que esta actividad es un excelente antídoto para el aburrimiento.



9. Cuestionen los pensamientos de sus hijos


En este sentido podemos cuestionar la validez de sus pensamientos y afirmaciones, “no puedo salir a patinar afuera…”; ante este tipo de afirmaciones podemos cuestionarlas con el simple “¿Seguro que no puedes? De esta manera lo motivas a conseguir una alternativa a sus deseos, seguro dentro de su casa, puede incluso patinar en el pasillo, o lograr una actividad, que si bien, no es para nada igual, le centrará toda la atención.


¿Y luego? Le seguimos cuestionando todo lo que no puede hacer. Recordemos que los dos puntos vitales es explotarles la creatividad y enseñarles a enfrentar la realidad del aburrimiento.



10. Evita los juicios


No podemos asumir que nuestro hijo es esto o aquello por el simple hecho que no consigue una solución para lidiar con su aburrimiento, esto generará un ambiente de inconformidad, que aunque no lo digamos, se percibe. “Recordemos que si un niño no sabe qué hacer con su aburrimiento probablemente es porque de alguna manera hemos colaborado en silenciar su propia brújula interna, y que detrás de esa actitud hay un malestar”.



11. No hagas nada


Para cerrar, si sientes que las recomendaciones anteriores pueden interrumpir el proceso de indagación de tu hijo, entonces mejor déjalo explorar por su cuenta todos los matices que conseguirá en su aburrimiento; la idea tampoco es ser el salvador de su aburrimiento a la vez que las propuestas no deben limitar su imaginación infantil, al contrario, deben ser herramientas que lo motiven a concebir realidades funcionales.