Haz visto cuando tu bebé está explorando su entorno, observando colores y movimientos, o intenta ponerse de pie para dar sus primero pasos. O a un niño jugando con objetos y descubriendo su funcionalidad. En esos momentos nos encontramos frente a una motivación innata…
La motivación innata es intrínseca en todos los individuos, es lo que nos impulsa a satisfacer nuestras necesidades básicas. Es además, lo que nos lleva a realizar actividades que son gratificantes y desafiantes a la vez.
Recientes estudios han demostrado que el comportamiento dirigido por la motivación intrínseca, aumenta los niveles de bienestar físico y psicológico. Además de mejorar el desempeño en tareas complejas y en aquellas que requieren creatividad.
Es por todo esto que es fundamental que nunca desmotivemos al niño en su búsqueda de conocimientos o nuevas experiencias, brindándole un ambiente seguro para llevar a cabo sus actividades. Ya que si bien la motivación intrínseca es algo innato, está condicionada en un 50% por el ambiente que les brindemos a nuestros hijos. Para que esta se mantenga debemos trabajar en 3 satisfacer tres necesidades:
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* Autonomía: se entiende como la facultad de las personas de tener control sobre sus acciones y experiencias. En niños lo vemos reflejado en acciones como elegir su ropa, comer solos o elegir con que jugar. Para satisfacerla debemos crear ambientes en donde el niño pueda expresarse, usar un lenguaje gentil más que uno controlador, evitando los “debes hacerlo así” o “eso está mal”; cambiándolos con frases como, “Y si lo resuelves de otra manera” o “quizás esa no sea la mejor alternativa”.
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* Competencia: hablamos de sentirse capaz, desarrollar fortalezas y habilidades. Para lograrlo debemos tener reglas claras y adecuadas a la edad y capacidades del niño, también refuerzos positivos constantes cuando están haciendo algo de buena manera. No se debe criticar de manera constante, ya que esto es la manera más rápida de matar la motivación intrínseca.
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* Vínculos positivos: estos nos ayudaran al sentido de pertenencia y aceptación, ya sea en el ambiente familiar o en el del jardín infantil, así como a desarrollar una capacidad de contribuir en este entorno en el que se desarrollan vínculos.
Hay que tener claro, que no todo es motivación innata, que también tendremos que hacer cosas que no nos agraden, especialmente en los niños, como generar hábitos saludables o comer vegetales.
Para fomentar la motivación en tus hijos e hijas, Big House te recomienda:
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* Elogiar en vez de criticar, esto nos ayudará a fomentar su confianza, con esto ellos se sentirán capaces de enfrentar cualquier reto, circunstancia o tarea que se les plantee. Podemos brindar ánimo o alentar cuando este aprendiendo una nueva tarea o intentando algo nuevo, como caminar, aprender a andar en bici u otro. No se debe ocupar frases como ¡Que torpe eres! ¡Mejor lo hago yo! U otras similares, ya que disminuiremos su confianza y con esto su motivación por intentar realizar cosas nuevas.
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* Entregarle responsabilidades y tareas acorde a su edad, al sentir el niño que es capaz de realizar las actividades designadas se podrá aumentar su confianza. Si los padres realizamos todo por nuestros hijos, ellos se sentirán que no son capaces de hacer nada, criaremos a un niño inseguro que no tendrá motivación ni confianza para realizar nuevas acciones.
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* ¡Disfrutar! Nuestros niños deben jugar, reír y bailar, nunca debemos negarles esta oportunidad, sino nuestros hijos serán inseguros y rígidos en su comportamiento, no realizarán lo que quieren o sienten por miedo al ridículo o a las críticas. Como familia y educadores debemos disfrutar jugando, riendo o bailando en su compañía, deben vernos a nosotros realizando estas actividades, para que observen que no pasa nada malo cuando lo hacemos.
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* En cuanto a los fracasos, los debemos minimizar, pero le debemos enseñar a nuestros hijos la importancia de fracasar para aprender, no debemos ver los errores como algo frustrante, sino que convertirlos en una nueva oportunidad de éxito.
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* Debemos entrenar en nuestros hijos el autorefuerzo, con esto le entregamos a los niños la oportunidad de creer en ellos mismos, con acciones como motivar, decirle cosas positivas por sus logros, por pequeños que sean. Cambiar el “yo no lo puedo hacer” por un “yo no lo puedo hacer aún, pero estoy aprendiendo”; “Yo no puedo” por un “Y si lo intento de nuevo”; cambiar “Lo hice muy mal” por “lo intente, la próxima vez lo haré mejor”.