Conoce sobre el síndrome del Niño dorado o "Niño Trofeo"





El Síndrome del Niño Dorado en la familia


El Niño Dorado es aquel hijo en el que la madre o el padre “vuelcan” todo su amor y es el “preferido” al que los padres le prestan toda la atención.


Este niño suele estar sobreprotegido de una manera que nadie puede objetarle absolutamente nada al pequeño; pues los padres lo tomarán como una ofensa; además, este niño suele ser justificado en cualquier error que cometa y los padres se encargarán de esconder esos defectos de su preciado hijo.


Es importante acotar que este niño dorado no necesariamente tiene que ser uno solo, muchos padres incluso tienen dos niños dorados, cada uno que represente su propio ego.


The Book of Life (El libro de la Vida), propiedad de la empresa “School of Life” es una obra, o, mejor dicho, un compendio a modo de manual con diversas experiencias de personas a través de la vida; eventualmente la vida no posee un manual; y si lo tuviese, este libro podría llegar a ser lo más parecido a uno.


El Libro de la Vida, en su capítulo 3, que describe la parte del autoconocimiento y los traumas vinculados a la niñez, atribuye que este síndrome se debe a que “fuimos amados con un exceso de intensidad distintiva y problemática, porque fuimos elogiados por capacidades que no poseíamos y con las que no podíamos identificarnos y nos pidieron - con amabilidad aparente pero manipulación subyacente inconsciente - cargar las esperanzas y anhelos de nuestros cuidadores más que nuestros propio ser profundo”.



El niño trofeo con un destino especial


La razón por la que se le es nombrado de tal manera es porque los padres tratan a este hijo como un trofeo con el objetivo de ser presumido ante los demás, a diferencia del orgullo, esta gloria es sólo alimento del propio ego de la madre o el padre.


Esta conducta se manifiesta cuando el hijo es pequeño; por lo que éstos verán esa actitud de los padres como una conducta normal y lo tomarán como cariño verdadero; ante esto, los padres suelen premiar a sus hijos con regalos, tratos especiales e incluso permisos.


Los pequeños al ver esta “recompensa” desarrollarán un mecanismo de defensa para evitar perder su status de “favorito”, por lo que el niño crecerá con el temor de equivocarse ya que puede ser castigado severamente al no desarrollar la conducta que el padre desee.


Para este niño dorado, no existen tropiezos promedio en su vida ordinaria y le aguarda un futuro “extraordinariamente especial” lo que también suma una enorme responsabilidad que siente para poder complacer a sus padres, lo que genera esta relación tóxica donde el niño siente la necesidad de honrar a sus padres y estos necesitan que el niño cumpla las expectativas para poder alimentar su propio ego.


El niño dorado tiende a desarrollar una actitud que le exige a tener un trato especial con cualquier persona con la que se desarrolle, culpará a los demás por sus errores, manipulará e incluso va a mentir, porque sabe que no va a ser castigado por su progenitor.



Los problemas que carrea ser el Niño Dorado durante el crecimiento


Eventualmente, el pequeño crecerá con una sensación constante de fraudulencia y un miedo constante a ser desenmascarado, pero, principalmente, sentirá una enorme inseguridad a medida que crece y descubre que el mundo es diferente a lo que los padres le enseñaron.


Este ser crecerá creyendo que tiene una superioridad con cualquier persona que le rodea, producto del instinto de supervivencia que desarrolló en la niñez al descubrir que podía perder su status de favorito (en el caso de los hermanos) o de consentido (en el caso del único hijo).


No se puede premiar a un niño desde pequeño por todo lo que hace y menos si lo premiamos por algo que queremos nosotros que él haga, el pequeño desarrollará una conducta donde creerá que hay que premiarle o debe tener algo a cambio por todo lo que hace, bien sea material o de un valor que él considere importante.


Al crecer rodeado de caprichos que les han sido complacidos, creerá que merece más que lo demás por lo que considerará sus recompensas, inferiores o injustas y terminaremos con un adulto el cual no siente empatía por los demás.


Linda Martínez-Lewi, en su libro “Freeing yourself from the narcisist in your life” (Libérate del narcisista en tu vida) afirma que :“este niño o niña dorado, se convertirá en narcisista en su adultez”.



La otra cara de la moneda


Al final del día este niño dorado terminará en alguien que busca realmente su lugar en el mundo; no podrá deshacerse de su sensación de querer aportar algo de gran valor para la humanidad; su verdadero anhelo no es revolucionar el mundo, es simplemente ser aceptado y amado por lo que es por los demás y para sí mismo con sus fallas y equivocaciones perdonadas y reconocidas.


Es de suma importancia que los padres siempre vigilen el comportamiento de sus hijos no sólo en el hogar sino también con las demás personas, estas actitudes puede que un padre no las note, y mucho menos si su hijo es dorado, pero sí las puede observar un tercero, con la suficiente confianza para decirle a los padres lo necesario para que puedan entrar en razón.



Tratar de revertir los efectos realizados


Principalmente, a los padres no debería importarle dónde termina el hijo, haciendo énfasis a los deseos de ellos, deben ser los deseos del hijo siempre y cuando estén dentro de la senda del buen ciudadano, lógicamente.


No por estas razones los padres son malas personas, o crueles conscientes; este niño dorado no es más que su deseo de lograr en sus hijos muchos objetivos que ellos no pudieron, por esas razones se transforma lo que puede ser un orgullo de los logros de tu hijo, a un falso orgullo que sólo alimenta el ego del progenitor.


Por supuesto, de la misma manera que el niño dorado se sentirá inseguro, este no podrá ver ese “futuro dorado” que tanto le han prometido; sin embargo, el verdadero premio es mejor: la libertad plena de poder sentirse quién es realmente en el mundo.


“El niño dorado es liberado para disfrutar una verdad trascendental: que una vida no necesita ser dorada para ser valiosa; que podemos vivir en formas de metales más bajos, en peltre o hierro, y aún así ser merecedores de amor y auto-estima adecuada” – El Libro de la Vida.